Es una práctica de salud pública que busca prevenir que las personas enfermas o infectadas tengan contacto estrecho con personas saludables de manera de reducir las oportunidades de transmisión de la enfermedad.
Si nos referimos específicamente al Covid19, el objetivo es el de desacelerar el brote, reduciendo el chance de infección a la población de alto riesgo y reducir la sobrecarga sobre los servicios y los trabajadores de salud.
Los expertos se refieren a sus beneficios como “aplanamiento de la curva”, como el éxito potencial de estas medidas cuando evitan el desbordamiento de los servicios sanitarios.
Se refiere específicamente a mantenerse lejos de sitios de congregación (centros comerciales, estadios, cines, teatros o iglesias) y mantener una distancia de al menos 2 metros de las otras personas. Esto significa no abrazos, besos o estrechar de mano.